Plateados por la luna. Textos para el reencuentro de Carlos Gardel y Federico García Lorca

Buenos Aires, noviembre de 1933.

Miguel García Urbani escoge un abrazo como punto de partida, dos almas que se encuentran en una esquina, un suceso maravilloso e inusual por ser esas dos almas las de Lorca y Gardel.

Ahí deja crecer naturalmente las palabras, entrelazándolas en un imaginario compuesto con toda la humildad del que sabe que está codeándose con la universalidad. Sus historias se quedan en la cabeza, infinitas.

El autor brinda a la salud de estos dos genios y nos invita a degustar un material bibliográfico perdido durante décadas y devuelto, por un capricho del destino, a las manos de nuestro escritor, que hila y teje con la nocturnidad del tango y la luz de Andalucía, con la sorpresa y el estupor -todavía latentes- de quien ha descubierto que sigue sin haber respuestas.

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